viernes, 28 de diciembre de 2012

¡Ah! ¿Pero es Navidad?

Aparte de que no tengo niños a los que dar clase y que mis propias clases han parado, las Navidades están pasando que ni me entero. Es el primer año que no me asustan/deprimen/ponen de los nervios/cabrean/etc, etc... Bueno, comenzando por el principio: sigo yendo a la Escuela de Idiomas, estoy ya en nivel intermedio de francés (sin coñitas, por favor) y preparando el nivel básico de alemán. También estoy preparando el examen de Advanced English de Cambridge. Puede parecer bastante trabajo, pero lo cierto es que tengo que ponerme deberes a mí misma para que no me quede demasiado tiempo libre para pensar, o tan siquiera fijarme en lo que me rodea. Así que no, no es suficiente. Sólo me ocupa las mañanas. La ventaja de las clases es que no tengo que salir de casa para trabajar, ni ponerme ropa diferente al chándal, ni sentirme inferior a todos/as los/as que me rodean porque estoy más gorda, no tengo sentido del estilo ni sé ni me interesa tener buena apariencia. Vamos, que soy un cardo borriquero y lo tengo muy asumido, pero eso no significa que me guste que me lo restrieguen por la cara día sí, día también.

Supuestamente ahora debo estar de vacaciones, pero lo que hago es buscar material en internet para los idiomas que estudio, bajármelos y estudiar. Tengo pendiente desde hace meses volver a hacer ejercicio, pero mi cuerpo se resiente, el sofá se queja de mi ausencia, mis gatos me miran con ojos raros y demás disculpas que puedan ocurrírseme para no levantar mi gordo culo de la silla. Me estoy poniendo como una bola. Si me tiro cuesta abajo, ruedo. Esta tarde mis padres y mi hermano (que está de vacaciones en casa) se han ido a tomar unas cañas con los vecinos para celebrar las Navidades. Yo me he quedado, claro. Pensar en ponerme unos vaqueros e ir a un bar lleno de gente me pone mala. Además, ayer ya cumplí, fui al cine con mi hermano eso sí, con nocturnidad y alevosía y un jersey dos tallas más grande para ocultar michelines y redondeces varias. Fuimos a ver "El Cuerpo", por si a alguien le interesa. No está mal, aunque últimamente me cuesta bastante concentrarme en cualquier cosa que dure más de treinta minutos. Y encima delante tenía a la típica parejita besucona y no pararon de intercambiar saliva en toda la peli. Que si se meten a ver una romántica, ella sale preñada, vamos.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Y el porqué no

Son dos cuestiones que no deberían dar lo mismo. Pues a mí llevan ya tiempo siendo sinónimos para casi todo. Sigo viva, sigo aguantando el tirón continuo que supone mi vida y cada vez siento menos cosas. Para mí es la gloria. Soy capaz de mirar al próximo mes de mi vida sin querer morirme. Ya no miro al pasado, porque no hay nada allí que me interese. No miro al futuro a largo plazo porque ya estoy viviendo un presente que nunca pensé que alcanzaría. Vivo de prestado y me da igual. Eso sí, para los médicos "estoy bien". Y yo no les llevo la contraria, porque soy capaz de salir cada día a la vida y más o menos arreglármelas en ella. Nunca pensé llegar hasta aquí. Lo gracioso es que he alcanzado este estado en el que puedo vivir a base de no querer morirme. En realidad a base de no querer nada, y punto. No esperar nada. No deber nada. Ser por defecto.