miércoles, 13 de marzo de 2013

Ayer

Ayer, finalmente, fui a consulta con la psicóloga.

Al final, como tantas otras veces, no hablamos de lo que tenía pensado, por una parte, y me recordó que no puedo juzgar mis comportamientos por la pauta "normal" que sigue el resto del mundo. Sí, señoritas, yo soy "especial", pero en el sentido peyorativo. En otras palabras me dijo que aunque debía forzarme a salir de casa, tener actividades y contacto social no podía sobrecargarme, porque entonces me derrumbo.

Nada nuevo bajo el sol.

Pero jode que tengan que recordarte cada dos meses lo anormal, lo deficiente que es una. Y ya sé que estoy tomándome el tema por el lado tremendista y negativo, pero es puñeteramente agotador no ser capaz, no soportar el llevar una vida normal.

¿Cómo se supone que voy a vivir así? ¿Qué trabajo encontraré, qué trabajo seré capaz de mantener con crisis nerviosas cada mes y medio? Y el tema laboral es lo único que puedo ver en mi futuro, con eso os lo digo todo. Ni amigos, ni mucho menos pareja estando así.

Y lo que me fastidia más es la incapacidad para decidir sobre mi vida. No puedo decidir tener a alguien a mi lado, porque esta puta depresión aparta a cualquiera que intente acercarse, no puedo comprometerme a nada que no sea para mañana o como mucho pasado porque, ¿quién sabe cómo estaré el lunes?

Y ahora me siento culpable. Porque a nadie se le pide su opinión antes de caer enfermo, porque yo estoy mejorando, aunque sea más lento que el caballo del malo y otras muchas personas no lo consiguen.

Pues eso, ahora sí acabo la entrada: cabreada, frustrada y sintiéndome culpable.

No, si es que soy una joya...

sábado, 9 de marzo de 2013

Problemas

Ya sabía yo que el martes, cuando no pude levantarme de la cama y enfrentar el mundo, la situación iba a traer cola.

Hoy por la mañana, cuando no sólo me encontraba mejor, sino que estaba haciendo planes para la semana próxima, mi madre suelta la bomba de que "hay que hacer algo, no puedes seguir así".

Mis  padres contándome lo mal que estoy y yo pensando: "joder, no tenéis ni idea. Ni idea de lo mal que estoy ahora, ni idea de lo mucho peor que he estado antes". Así que ahí me quedé, llorando como una imbécil.

Al final, más para que se callaran y por darles algo a lo que agarrarse, acepté ir a un nuevo psiquiatra y psicólogo. Como una segunda opinión.

Como no tenía ya los suficientes problemas para enfrentar el día a día, ahora a volver a contar TODA mi triste historia otra vez.


miércoles, 6 de marzo de 2013

Tomándome un respiro

O así estoy intentando pasar estos dos últimos días.

El viernes, ¡finalmente!, me dieron las notas de Francés: un 8,3.

O lo que es lo mismo, me liaron más la cabeza de lo que ya la tenía, muchas gracias por nada. Mi idea era la de intentar hacer dos cursos en uno y pasar en junio el examen de nivel intermedio. Para eso contaba con esta nota: si era alta, pues me decidía a intentarlo, si me veía más justa, me quedaba sólo con los exámenes de mi curso. ¿Y qué respuesta me da ese 8,3? Pues ninguna, porque aunque los exámenes me salieron mucho mejor de lo que la nota indica, la corrección se ha vuelto más exigente, por ejemplo, me han quitado casi 3 puntos en el examen escrito por pasarme de palabras (20 en concreto).

Así que me vine a casa cabreada y desilusionada, todo al mismo tiempo. Y mi forma de sobrellevarlo, como no, ha consistido en escurrir el bulto y no hacer nada en todo el fin de semana.

Y desde el lunes, mi cama vuelve a ser mi refugio. No he ido a clase, no he comido apenas, no he hecho nada. Y las ganas que tengo de que continúe así.

Pero no puede ser, acabaré dejándome arrastrar por las circunstancias y al final no me presentaré a ningún examen o intentaré pasar los mínimos estudiando la noche anterior.

Estoy cansada. Mentalmente. Estos días ni tan siquiera he leído, prefería mirar al techo, que es de un color gris ceniza que resulta perfecto para mi estado anímico.

Con respecto a las notas y a los exámenes de junio, al final supongo que me tiraré a la piscina. O lo intento y   admito la posibilidad del fracaso o no lo intento y ya doy el fracaso por hecho, así que iré a por ello. Lo malo es que una vez pague la matrícula, no me queda otra que aprobar, y con una nota medianamente buena, porque si no... cama y mirar al techo todo el verano.

Últimamente también estoy luchando cada día con las ganas de cortarme. Es esta insatisfacción eterna que llevo conmigo, que ya se ha convertido en una parte más de mí. Cada vez que pienso en lo que debería hacer o en lo que no hago, ahí aparece la imagen del corte. Llevo un año y medio, más o menos, sin autolesionarme, pero lo cierto es que tampoco sentía la  necesidad punzante de estos últimos días. Me digo a mí misma que no, que no soluciona nada, que de hecho el autolesionarme me vuelve todavía más enferma, que es un círculo vicioso, que si caigo ahora en la tentación estaré de nuevo en el punto de partida, que habré perdido todo este tiempo en que no lo he hecho... y me voy convenciendo.

El problema es que tengo ganas todos los días desde hace unas dos semanas y, al final, sólo será cuestión de tiempo el que caiga. Tengo cita con la psicóloga la próxima semana, a lo mejor se lo cuento. Aunque lo que la gente dice sobre la autolesión y nada todo es uno, aunque sean profesionales. Yo a mi psicóloga, por ejemplo, sé que le he dado mucha grima con este asunto (y eso que se lo cuento todo muy editado), al final te dice eso de "no lo hagas" y poco más...

Lo cierto es que no sé qué le voy a contar a la mujer esta vez. Procuro ser veraz, pero el final todo depende del momento en el que me pille: si tengo un buen día, no quiero hablar de mis problemas y si tengo un mal día no quiero ni estar delante de ella, mucho menos hablar... y el tiempo vuela y a veces salgo de la consulta con la sensación de haber perdido el tiempo. No sé, de todas formas mis padres me obligan a ir, así que la consulta no la puedo anular. A lo mejor se lo suelto todo, así, como lo estoy contando en esta entrada, sin pararme a leer lo que escribo ni a pensar si debo o no contarlo.

Bueno, lo dejo, menuda parrafada os he metido. Y mañana toca madrugar e ir a clase, a ver si aguanto otro mes y pico fingiendo que soy casi normal...

lunes, 4 de marzo de 2013

¿Quién no ha querido poder hacer algo así?

La serie se llama "My Mad Fat Diary", y la podéis encontrar íntegra en Youtube.

Esta es la escena que todas desearíamos que se hiciese realidad: