martes, 6 de agosto de 2013

¿Alguien más se reconoce?


Me da vergüenza admitirlo y no sé por qué lo hago, pero aunque llevaba tiempo sin hacerlo, la compulsión ha vuelto. Y me siento una mierda, y un fraude, y sigo haciéndolo.
¿A alguien más le pasa? ¿Me contáis vuestra experiencia, por favor?
No sé porque me siento obligada a hacerlo. Es como una compulsión. Cuánto más que me diga y me repita: "no lo hagas, no lo hagas", más rápido caigo en la tentación. 
Me siento una mierda, la verdad. Un asco de ser humano que no se merece nada.
¿Por qué lo hago? ¿Por qué?

"El autosabotaje es todo comportamiento provocado, inconscientemente, por nosotros mismos, que nos perjudica especialmente en temas amorosos. Es fruto de la baja autoestima y de la inseguridad, se alimenta de los miedos e incertidumbre de nuestros actos. El autosabotaje nos lleva a evadir responsabilidades e incluso provoca el rechazo de la felicidad por miedo a sufrir una vez más y ser lastimados nuevamente.
Otra de las razones es que nos dan miedo los cambios y nosotros mismos nos conformamos por temor de no saber si vamos a estar a la altura de ellos.
El amor es un sentimiento seguido de un comportamiento, por ello, de manera inconsciente, provocamos el autosabotaje cada vez que conocemos a una persona de esas que pensamos podrían entrar directo a nuestro corazón y hacernos daño.
Así, claramente, el autosabotaje es un patrón de autodestrucción, es el hijo directo de la culpa e incluye al auto-castigo. Es una consecuencia de no sentirnos a gusto con nosotros mismos.
Algunas de sus manifestaciones son:
- Sentir flojera de ir a algún sitio que trae beneficios como conocer personas.
- Guardar rencor por demasiado tiempo.
- Posponer proyectos que podrían hacernos felices.
- Romper relaciones sentimentales con personas amorosas y estables.
- Deprimirse con frecuencia sin motivo aparente.
- Sufrir de ansiedad.
Las personas que practican el autosabotaje tienen hábitos de dañar las relaciones y las destruyen ellas mismas, son conductas inconscientes resultado de vivencias insatisfactorias.
Nos autosaboteamos para sentirnos víctimas, nosotros mismos provocamos los fracasos para evitar la felicidad y protegernos del sufrimiento, tenemos actos instintivos por miedo, vulnerabilidad o fragilidad, y empezamos a ponernos una coraza.
Nunca permitimos que nos vean frágiles para evitar que nos lastimen y nos blindamos, pero pensemos que debemos dejar el corazón abierto y limitarnos a disfrutar el aquí y el ahora, dejarnos querer. Recordemos que vivir es arriesgar y, si no arriesgas, no ganas."
Por Claudia Contreras Bedolla, experta en Autoestima y Realización Personal
Revista Hoy, 6 de mayo de 2013.



3 comentarios:

  1. No quiero escribir mucho, pero me sentí absurdamente identificada. Es curioso cómo podemos autosabotearnos mientras no permitimos que los demás nos toquen siquiera.
    Si entiendo a lo que te refieres con 'compulsión', pues sí, yo tenía/tengo (cuando siento que estoy por retomarla intento evitarlo con todas mis fuerzas, aunque a veces no lo logro y sé que puedo durar meses haciéndolo) una suerte de compulsión: el 'si piso una raya del piso me va a ir mal', 'aprobaré el examen si no llueve hoy', 'si alcanzo a llegar al ascensor quiere decir que todo va a ir bien hoy'. Suena inofensivo, pero es sólo porque nadie alcanza a imaginarse cuán obsesiva puedo llegar a ser, sin quererlo, con esas premisas. No las empleo para tomar decisiones, sino para intentar adivinar el futuro, o eso supongo. Es realmente impresionante cómo, durante esos períodos, puedo reformular mentalmente cualquier situación en clave de 'si pasa esto, seguro pasará esto otro'. Eso me angustia y me pone enferma, y va del brazo de esa tendencia a relacionar lo que pasa -las cosas buenas y malas- con canciones que escuché ese día o la ropa que usé. Es tan estúpido...

    Pero en fin, supongo que te aburrí y demás. Un abrazote.

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias, no sabes cuánto necesito saber que no soy la única, es que llevo un par de días que hasta yo me doy cuenta de que me estoy buscando que la gente me acabe odiando, pero soy incapaz de parar.
    Al final voy a tener que dejar de hablar con un par de personas, tan sólo para no cavar más mi propia tumba...
    Muchas gracias por tu historia, gracias de verdad. En serio ayuda no sentirse sola, aunque sea en la miseria.

    ResponderEliminar
  3. Me reconozco. Suelo romper mis relaciones cuando comienzan a ser más gratificantes. O deberían serlo. La realidad es que nunca llego a tener relaciones de amor como tal, ja... Y cuanto más entrego, más me alejo después. Sin motivo.

    ¿Quizás el miedo a romperse después? ¿preferimos el aferrarse a una rutina que, por muy dolorosa que sea, es conocida, a una posible felicidad?

    Puede que la explicación sea más sencilla, que seamos ese tipo de personas con un desequilibrio químico y una distimia galopante, y nos requiera demasiado esfuerzo hacer cualquier cosa, aunque sea por nuestro bien.

    Ánimo, es todo lo que se me ocurre.

    Al final, el sentirnos incapaces de realizar ciertos comportamientos, no es más que una creencia irracional ¿podríamos actuar como si nuestros pensamientos no tuvieran ningún valor?

    Yo puedo decir que sí, arriesgar a veces merece la pena, que habrá que intentarlo. Pero joder, cómo cuesta.

    ResponderEliminar